A menudo, acuden a nuestra consulta corredores desesperados por un dolor punzante en la cara externa de la rodilla durante la carrera que les impide continuar la misma, y que sin embargo, desaparece automáticamente en cuanto dejan la actividad, e incluso les permite hacer sin problemas cualquier otro tipo de ejercicio, lo cual, aún frustra más al corredor, que no entiende cómo es posible que solo lo sufra en la actividad que más le gusta.

¿Qué es la Cintilla Iliotibial?

Recibe este nombre la banda fibrosa que forma parte del músculo tensor de la fascia lata, sirviendo de inserción de éste en el cóndilo lateral de la tibia (Tubérculo de Gerdy). Su función por tanto, será la propia del tensor de la fascia lata, es decir, la separación o abducción de la pierna, pero además sirve de elemento estabilizador de la rodilla, participando en la flexión y la extensión de rodilla cuando ésta se encuentra flexionada a 30º.

¿cuales son los síntomas de su lesión?

Su aparición no suele avisar, siendo común que nunca se haya tenido molestias en la zona hasta el mismo día que aparece el dolor, de manera repentina, y habitualmente lo hace entre los 10 y los 20 minutos de carrera continua, no cediendo a medida que se continúa la actividad, sino que lo común es que obligue a la persona a parar. Además, bajar cuestas o correr a ritmo suave suelen acentuar el dolor.

En reposo dejará de doler y la palpación puede ser dolorosa si se hace en las primeras horas después de haberse producido la irritación, pero después no se podrá localizar con facilidad.

¿Por qué se lesiona?

Esta función estabilizadora hace que sea más común su afectación en carreras de larga distancia, o en trails de montaña que por sus continuas subidas y bajadas, aumentan el roce continuo de la cintilla iliotibial, provocando su irritación y la de la bursa que se encuentra bajo ella. Su función explica también que en fases iniciales, muchos corredores refieran tener dolor únicamente cuando corren despacio. Esto es debido a la flexión que se mantiene en la carrera suave, al reducir el tamaño de la zancada.

¿Qué factores influyen en su lesión?

  • Exceso de pronación: La pisada que se caracteriza por un apoyo excesivo sobre la cara externa del pie, hace que la cintilla iliotibial trabaje en un estado de sobretensión mantenida, favoreciendo su iritación.
  • Genu-varo (piernas arqueadas): por la misma razón, las personas con esta alineación ósea, tendrán una mayor predisposición a padecer esta lesión.
  • Calzado inadecuado.
  • Acortamiento muscular de los flexores de cadera y del propio tensor de la fascia lata.
  • Debilidad de los abductores de cadera.
  • sobre-entrenamiento: éste suele ser siempre el factor desencadenante.

Tratamiento:

Lo primero que hay que tener claro, es que hay que parar en el momento que se sienta el dolor. De lo contrario, el problema lejos de solucionarse se acentuará.

En la fase aguda, durante los 3 primeros días, aplicar hielo 4 veces al día, durante no más de 20 minutos, y seguir un tratamiento mediante antiinflamatorios pautado por su médico.

Se iniciará desde el primer día un trabajo de estiramiento de la musculatura flexora de cadera y del tensor de la fascia lata, además de trabajar de manera isométrica los abductores de cadera, especialmente el glúteo medio, que suele estar debilitado.

Desde la segunda semana: trabajo excéntrico de los  flexores y extensores de cadera sin dolor.

Segunda/tercera semana: a medida que se va ganando elasticidad y fuerza, se pueden ir incorporando ejercicios de propiocepción que ayudarán a acabar de dar mayor estabilidad a la rodilla.

Durante todo este período se podrá realizar todo ejercicio aeróbico que no genere dolor, como pueden ser bicicleta (suave) o natación.

A partir de la tercera/cuarta semana se puede iniciar la carrera, siempre de manera progresiva y sin dolor, intentando hacerlo en llano, para ir incorporando mayores distancias a partir de la quinta/sexta semana y retomar la normalidad tras el segundo mes desde el inicio del tratamiento.

Además de esto, al tratarse de una tendinopatía, será de gran ayuda el tratamiento mediante Electrolisis Percutánea, reduciendo en gran medida los tiempos de recuperación y notando mejoría desde la primera sesión.