Llevo 20 años ejerciendo como fisioterapeuta: Centros de Salud, hospitales, mutuas, clubes deportivos, residencias de mayores, clínica privada.
Puedo presumir de conocer desde dentro cómo es la forma de trabajar en cada sector. Todos diferentes, cada uno con sus necesidades, con sus puntos fuertes y sus carencias. Todos menos uno: Las aseguradoras. En este caso sólo encuentro carencias. Y no son menores. Su precariedad repercute de manera directa a los pacientes…y también a los profesionales, que se ven incapaces de poder asegurar una mínima calidad en sus servicios.
Hace unos años, por la cercanía de nuestra clínica con el Centro médico de Adeslas en Zaragoza, decidí acceder a su cartera de profesionales. Dado que no me veo capaz profesionalmente de ofrecer un trato diferenciado a mis pacientes, lo que planteé fue hacer para los asegurados Adeslas sesiones de Fisioterapia idénticas a las que hacía von mis pacientes privados. Dedicación absoluta y sin límite de recursos. A cambio, a los pacientes les explicaba que para poder dar ese servicio, por el que Adeslas pagaba un promedio de 2,85€ la sesión, tenían que abonar 10€ por cada sesión. Por mi forma de trabajar, acostumbro a citar a los pacientes solo una vez por semana, máximo dos según sea el caso. Casi nunca fue necesario llegar a agotar las 10 sesiones que prescriban desde la aseguradora. Así que, los pacientes estaban contentos, y yo también.
Acostumbraban a venir incluso empleados de Adeslas, viendo que el tratamiento que hacíamos era una tratamiento de fisioterapia real, lejos de la «churroterapia» que acostumbran a hacer quienes trabajan en exclusiva para aseguradoras y que solo pueden subsistir a base de meter del orden de 8 pacientes a la hora (por cada profesional) y de hacer ir al paciente muchas más veces de las necesarias (de 3 a 5 sesiones/semana). En estos casos la atención personal brilla por su ausencia: 15 minutos de corrientes, 10 de infrarrojos, 15 minutos de ejercicios por tu cuenta…y para casa. Da igual que tengas una cervicalgia, que una rotura de fibras: corrientes, infrarrojos, ejercicios…y para casa.
Una de las empleadas que acudió, y que estaba muy contenta con su evolución, era familiar de algún cargo superior de Adeslas y al hablarlo con él…me llamaron para firmar la baja automáticamente.
Y esta es la mentalidad de las aseguradoras: «nos importa poco o nada cómo sea el servicio prestado, pero has de hacerlo por los 2,85€ que te vamos a pagar por sesión…aunque sea un servicio absolutamente ineficaz para los pacientes».
En este caso reparto la culpa:
Tarjeta Roja para las aseguradoras que pagan una absoluta miseria por atender a sus «asegurados».
Tarjeta Roja para los centros que admiten cobrar esa miseria y que están dispuestos a hacer «churroterapia» solo por tener un volúmen elevado de pacientes.
Tarjeta Roja para los colegios profesionales de fisioterapeutas que no hacen absolutamente nada por cambiar esta situación (me consta porque he intentado que se posicionasen más de una vez sin éxito)
Así es que…
Si quieres mejorar realmente tu lesión…NO ACUDAS A TRAVÉS DE TU ASEGURADORA. No lo pagas en dinero…pero lo pagas en salud.
Comentarios recientes