Todos hemos sentido alguna vez el típico dolor que con el paso de los días se va asentando y pensamos :”bah!!, ya se irá pasando!!”…Lo tratamos a base de antiinflamatorios, paracetamol y todo lo que vemos en el botiquín que creamos que nos va a aliviar. Algunas de esas ocasiones la medicación hará su labor y conseguirá aliviar las molestias, pero sin embargo, es más que probable que si el motivo de ese dolor no remite, éste vuelva a repetirse periódicamente, pudiendo llegar a cronificarse.

Por eso, es muy importante saber cual puede ser su causa: quizás tu trabajo diario no sea lo más ergonómico posible y te provoque dolores de espalda, o puede que se base en gestos tan repetitivos que sometas a mucho desgaste una región determinada, o simplemente te gusta salir a correr pero las zapatillas que usas no son las adecuadas y hacen que los ligamentos de tu rodilla sufran en cada zancada.

En cualquier caso, los dolores siempre tienen una causa, y mientras ésta siga presente, las molestias tenderán a reproducirse. En unos casos bastará con modificar el hábito causante, en otras es casi imposible eliminarlo por tratarse del trabajo habitual, pero siempre podremos hacer algo que equilibre esa descompensación que tu cuerpo está sufriendo.

Aquí te van solo algunas recomendaciones generales para prevenir los dolores musculares, aunque para cada caso concreto será tu fisio el que mejor te oriente sobre todo lo que puedes hacer para evitar que tus dolores te compliquen el día a día:

  1. No dejes que el dolor se cronifique: si ves que has comenzado un proceso doloroso, intenta poner remedio antes de que se acentúe y llegue a cronificarse. Cuando un dolor se prolonga en el tiempo puede producirse pérdida de masa muscular y de coordinación musculares, osteoporosis, fibrosis y rigidez articular, dando lugar a una sintomatología mucho más compleja e incapacitante
  2. Huye del estrés: Deja en tu vida diaria un hueco para realizar alguna actividad que te guste y te relaje. El estrés mantenido aumenta los niveles de cortisol en tu organismo, lo que produce un gran desgaste de los tejudos (músculos, tendones, ligamentos,…).
  3. Practica deporte: sí, es una obviedad, pero los beneficios que te aportará hacer deporte 2 o 3 días a la semana te ayudarán a mantener un tono muscular adecuado que puede ayudarte a compensar ese tensión que acumula tu cuerpo con la actividad diaria.
  4. Estira!!: Tan importante (o más) como mantener un tono muscular adecuado es preservar su elasticidad. Los movimientos repetidos en tu trabajo o actividad diaria acortarán tu musculatura, haciendo que su capacidad de movimiento disminuya, favoreciendo la aparición de rigideces articulares y posibles lesiones como distensiones ó roturas de musculares. Mantén la elasticidad de tus músculos mediante una tabla de estiramientos adaptada a tus necesidades.
  5. Hidrátate bien: La falta de agua en el organismo puede llegar a generar debilidad, fatiga, malestar, dolores de cabeza…además de un déficit de aporte a los tejidos que lo necesitan para funcionar con normalidad, favoreciendo la posibilidad de sufrir sobrecargas musculares, esguinces,… Se recomienda beber 8 vasos diarios (unos 2 litros); ¿y tú? ¿cuántos bebes?
  6. Benefíciate de los efectos del Masaje: Los efectos fisiológicos del masaje ayudarán a que tu musculatura esté mejor preparada para retomar su actividad habitual en las mejores condiciones. Sus efectos principales son:
  • Ayuda a eliminar células muertas, y mejora la circulación, haciendo más eficiente el transporte de nutrientes y oxígeno a las células.
  • Mejora la respiración, haciéndola más profunda y eficiente, y por tanto más relajada.
  • Mejora el drenaje linfático ayudando asía reducir los posibles edemas en tu cuerpo.
  • Ayuda a reducir la fatiga muscular, el dolor y las agujetas.
  • Ayuda a reducir el cansancio y el dolor en las articulaciones.
  • Relaja o estimula el sistema nervioso (dependiendo del tipo de masaje aplicado).
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Agiliza la digestión y eliminación de toxinas.
  • Mejora la relajación general.

Ahora, tú eliges…¿previenes, ó curas?