El hombro congelado es un trastorno de la articulación caracterizado por dolor y limitación de la movilidad, que ocurre generalmente como consecuencia de un traumatismo o una inmovilización prolongada. También es conocido con el nombre de capsulitis adhesiva, capsulitis retráctil, capsulitis adherente, periartritis del hombro u hombro rígido.

Se trata de una retracción de las estructuras alrededor de la cápsula, que hace disminuir los rangos articulares de manera significativa acompañado además de dolor que se acentúa en los movimientos de rotación del hombro, especialmente en la rotación externa.

Aunque los motivos pueden ser diversos, esta lesión suele aparecer como consecuencia de un traumatismo o lesión que afecta a alguna de las estructuras del hombro y que conllevan una inmovilización o limitación del movimiento de forma prolongada como reacción natural para evitar el dolor. Sin embargo, esta lesión puede ocurrir también de manera independiente, sin relación con otros procesos lesivos previos en la articulación.

El tejido que forma la cápsula articular se retrae, llevando consigo un proceso de rigidez y dolor que necesitará de un tratamiento de fisioterapia para recuperar su normalidad en un período que variará entre los 10 y los 18 meses, siendo habitual que se solucione entorno a los 12 meses desde el inicio de los síntomas.

Existe una mayor incidencia en personas con diabetes, Parkinson, hipo o hipertiroidismo, y con edades entre 40 y 60 años.

FASES:

Fase de dolor: Comienza a aparecer el dolor y la rigidez. A medida que aumenta el dolor, aumenta la rigidez. Esta fase dura de seis semanas a nueve meses.

Fase de congelamiento: El dolor comienza a imposibilitar labores como cocinar, comer, peinarse. La rigidez aumenta. Dura de de 5 a 12 meses.

Fase de resolución: Progresivamente el dolor y la rigidez disminuye. Puede durar de 5 a 12 meses.

TRATAMIENTO

En la fase inicial, en la que el predominio es inflamatorio, estará indicado el uso de medidas antiinflamatorias y antiálgicas, como puede ser la aplicación de hielo y medicación prescrita por su médico. Además será preciso iniciar tratamiento de fisioterapia orientado a conseguir que la rigidez articular sea la menor posible y aliviar el dolor a base de masaje, electroterapia, crioterapia y movilizaciones articulares pasivas de manera controlada.

En la fase de congelamiento es cuando la fisioterapia adquiere mayor importancia, siendo necesaria para liberar la articulación de las adherencias formadas e ir ganando movilidad articular de manera progresiva. Su fisioterapeuta podrá indicarle además, qué tipo de ejercicios activos puede realizar en su domicilio para favorecer la movilidad del hombro.

A medida que la movilidad mejora, se podrá comenzar a realizar ejercicios activos para recuperar el tono muscular y la normalidad a  tendinosa.

En la fase final en que la movilidad ya es completa, nos centraremos en la actividad muscular a base de ejercicios progresivos en forma de propiocepción, isométricos y excéntricos.

En los casos más severos es necesaria la movilización bajo anestesia del hombro, o cirugía mediante artroscopia, seguido de un período de rehabilitación .