Ondas de choque

Onda acústica de alta intensidad que genera una diferencia de presión repetitiva en el tejido aplicado, provocando cambios a nivel celular que estimulan la regeneración del tejido dañado.

Resulta de gran utilidad en un gran abanico de afecciones musculoesqueléticas y es una de las técnicas más avanzadas y eficaces que existen en fisioterapia para la recuperación de lesiones.

¿Qué efectos tienen?

La acción de las ondas de choque sobre el tejido dañado, provoca una serie de cambios fisiológicos que acelerarán el proceso de curación: Reestructuración del tejido; Estimulación de la regeneración; Aporte nutricional celular; antiinflamatorio; Mayor vascularización; Analgesia; Reducción de osteoblastos; etc.

¿Cómo se aplica? ¿es doloroso?

La aplicación es sencilla y no invasiva. Se trata de una cánula dentro de la cual hay una bala que golpea un cabezal metálico, generando una onda desde éste, que penetrará en el tejido donde se quiere aplicar.

El impacto de la onda sobre el cuerpo de manera repetida puede provocar una molestia, que en general resultará absolutamente tolerable por la mayoría de pacientes. En pacientes con un dolor más agudo, trabajamos en altas frecuencias para provocar cierta desensibilización nerviosa superficial y poder profundizar en siguientes sesiones.

Indicaciones

El mayor éxito de la terapia con ondas de choque se da en aquellos procesos crónicos cuya recuperación ha fracasado con otros medios. Algunas de las aplicaciones más comunes serán:
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Tendinopatías calcificantes
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Tendinitis glútea

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Espolón calcáneo

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Síndrome subacromial
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Trocanteritis
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Neuroma de Morton
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Hombro congelado

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Tendinitis aquílea
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Roturas musculares

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Epicondilitis
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Tendinitis rotuliana

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Consolidación ósea

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Túnel carpiano

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Fascitis plantar

Contraindicaciones

Afecciones cardíacas; heridas y cicatrices dolorosas; embarazo; procesos oncológicos; Marcapasos.

Efectos secundarios

Irritación post-tratamiento; Hematoma; Molestia durante el tratamiento.